MORIR EN VIERNES

Destripado ante el espejo, con el corazón en la mano que sangra cubriendo la herida abierta de los cuernos de la luna, respira, suspira, aspira el concreto y doblegado ante la cruz escupe las orillas de un silencio roto por una oración sin fe, flores rotas y negras derraman el absurdo cotidiano de una caricia robada a la noche estrellada, contaminada, sudor de ciegos que se tropiezan en el hipódromo apostando con esperanza en caballos muertos, fotos viejas se esconden a cada paso, postales de la derrota cíclica de ser humano sin serlo, tus alas quemadas por acercarte al sol se han transformado en billetes de lotería para alguien más, broncea tus cuernos de diablo impúdico paseándote por las alcantarillas, me dijo que mis ojos eran tristes y se desvaneció antes de que pudiera preguntarle nada, yo di un trago más al vodka tonic y me estremecí frente al teclado, iba a preguntarle su nombre, pero lo olvidé cuando me metí las manos en los bolsillos para descubrir que no tenía para otro vodka, era viernes y no hacía frío, el mundo estaba en otra parte, latiendo y existiendo como el cigarro entre mis labios, lo que yo contaba no era mas que una vieja canción que nunca viviría, palabras robadas para decirle algo a nadie, para no morir en viernes entre fantasmas y canciones de algo que insisten en llamar chill out.