Un circo meláncolico recorre mis huesos,
va aboliendo antiguas risas y
se tatúa en mi alma como una sombra,
me asfixian los payasos y su sonrisa pintada,
me marean las acrobacias del corazón
y los latidos que saltan sin red hacia el abismo,
me pierdo entre malabares y el absurdo peligro de leones sin dientes,
la carpa de mi piel se ha hecho demasiado vieja...
Ya nadie visita este circo de huesos ambulante,
ya nadie sonríe junto al payaso triste,
ya nadie teme cuando camino por la cuerda floja,
ya nadie se espanta cuando entro en la jaula
a domar un viejo león que tiene más miedo que yo,
los enanos han crecido y se fueron a la universidad...
Ya nadie viene a este circo
nadie camina por la arena,
no hay aplausos
es mejor dejar caer el telón...
Autor de Fama condominal. Autor de: Nadie es Nada Amor, Nadie es nadie Amor, Vivir sin i, Recuerdo de Cancún, Diario de un Matrimonio, Amor Cantado, Historias Para Adivinar, Destinos Furiosos
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