DOMINGO NUBLADO

Está nublado en Cancún,
la tarde cae mientras la oficina dominical rebosa silencio,
y en esta ausencia de palabras puede uno sentarse a pensar
en lo que ha hecho y lo que ha dejado de hacer...
Algunas veces por miedo,
algunas por sabiduría,
otras por cobardía,
unas cuantas por estupidez,
unas mas, por ignorancia,
otras por testarudo,
algunas pocas por aferrado...
Cambio de ciudad, de nombres, de paisajes, de círculos,
cambio de costumbres, de rutinas, de miradas,
cambio de aires, de labios y de silencios,
cambio de palabras, de calles y avenidas,
cambio de tráficos y de bares,
cambio de nostalgias y de referencias,
cambio de piel, de párpados y de caricias,
cambio de cervezas y de horizontes...
¿Qué es lo que se debe extrañar?
¿A quién pedirle perdón y a quién permiso?
¿Cómo dejar que las cosas se diluyan en la abulia dominical?
En Cancún hay buitres y murciélagos, humanos...
Este domingo nublado
no sé si soy buitre o murciélago...